el principio...



Creo que nuestra pasión por la belleza y la expresión del esíritu un día se desbordó y pidió un instrumento. Un canal de comunicación. Con el generoso anhelo de compartir, de comunicar, de realizarse en su bienaventurada esencia.
Es así como surge esta inquietud de hacer arte y es así como deberíamos conservar nuestro vínculo con la música. No pemitiendo que se asocie con comparaciones estériles, dejos de frustración relacionados a lo que hicimos o dejamos de hacer, lo que alcanzamos o dejamos de alcanzar.
Este camino es.
Existe por un necesidad muy íntima. Merece ser más allá de la mente y sus maquinaciones egoicas.
Desde un lugar de pureza no interferido por un "yo" problemático la naturaleza comparte su infinita belleza con poesía, sencillez y profundidad admirables.
De modo similar, a través de la dedicación y el cultivo de sus talentos el hombre puede alcanzar la libre y fluida expresión del espíritu tomando contacto con su naturaleza más elevada y completando así un gran círculo que parece abarcar la infinitud de todo lo creado.
Ricardo Cavalli
